En julio del año pasado escribí esta reseña sobre Cementerio General. Resumen: Realmente quería que me gustara, pero había tres detalles que me impedían recomendarla. Pues bien, cuando salió Secreto Matusita la fui a ver la semana de estreno (secretamente quería aportar a la estadística de cuántos la fueron a ver en su primera semana) y debo decir que está a años luz de distancia de Cementerio General. Por supuesto que no se puede decir que la hizo la misma gente, porque OBVIAMENTE Secreto Matusita fue editada sobre la base de material encontrado en alguna parte que documenta cómo tres estudiantes y un médium desaparecen en la famosa casa. Caso de la vida real. Pero digamos que no lo fuese. Si el otro fuese el caso, este equipo de realizadores ha aprendido todas las lecciones que necesitaba aprender de su primera película de terror. En serio.
Esto no quiere decir que ya sea una película para recomendar a diestra y siniestra. En esta oportunidad hay dos cosas que me impiden hacerlo a todo el mundo (a diferencia de Cementerio General, Secreto Matusita sí la recomendaría a los amantes del género de horror… A ellos sí estimo que les va a gustar). Primero, las actuaciones no son particularmente buenas. Esto es un retroceso, porque en Cementerio General eso no era algo que cojeaba. Pero en el caso de Secreto Matusita dos de los cuatro actores son para botarlos por la ventana. Los otros dos pasan piola, pero no es que sobresalgan, tampoco. Aunque, claro, esto es si asumimos que son actores y que el material que estamos viendo no es efectivamente el registro de los cuatro individuos que desaparecieron en esa casa.
Segundo, el final. Todo iba bien, todo estaba funcionando. Todo estaba dando miedo… Hasta que alguien en alguna parte decidió cambiar las reglas de lo que estaba sucediendo y de pronto, la película que era de cierto tipo de horror se convierte mágicamente en otro tipo de horror y nada tiene sentido. No tengo nada en contra de ese subgénero en el que termina estando Secreto Matusita. Contra lo que sí tengo mucho es contra una película que se anuncia del subgénero A y durante la primera hora y cuarto es del subgénero A y de pronto resulta que, no, mentirita, era del subgénero B. Quizás alguien en alguna parte esté pensando que es muy astuto por hacernos creer una cosa y darnos otra. Pero la cosa no es tan fácil.
En este momento supongo que vale la pena comentar algo que alguna vez le leí a George R. R. Martin, el genial autor de Game of Thrones. En un post de su blog, llamado Not a blog, comentó que sorprender a los lectores es facilísimo. Colocar algo que nadie se espera es fácil. Lo difícil es hacerlo de tal manera que no choque con el mundo que has estado construyendo y las reglas que tú mismo has definido para ese mundo. En el caso de Martin, decía que podía dejar a todos con la boca abierta si de pronto «revelaba» que había extraterrestres que llegaban con ovnis y secuestraban a los personajes de sus novelas.
Algo así pasa con Secreto Matusita. Sí, claro, por supuesto que ese final sorprende. Pero rompe con el mundo que han estado creando desde el minuto uno. Y es una pena, porque era un mundo que estaba interesante.
Dejando de lado estos dos detalles, insisto en que Secreto Matusita está a un paso de ser *la* película peruana de terror de los últimos tiempos. Con tanto otro director oportunista metiéndose al género porque está de moda, ésta pudo ser la Gastón Acurio de la industria del cine de terror. Lástima. Esperemos que la próxima dé en el clavo.