Éste es el spin off de la franquicia Fast & Furious. Es básicamente lo que pasaría si Vin Diesel -la cara de F&F- se fuera de vacaciones y todos los demás se quedaran en el estudio a hacer la película que no les habrían dejado porque dañaría la marca. Tiene una moto transformer que incluso suena cuando se transforma como un Autobot transformándose. Tiene al personaje de Jason Stratham -que en F&F 6 era villano y mató a sangre fría al carismático personaje Han y que en F&F 7 mató a varias personas para llegar a Toretto y a su equipo- como bueno. Hablando de blanquear a criminales europeos blancos de cuello blanco.
Y el personaje de Dwayne Johnson, que en F&F 5 es introducido como un oficial que comanda un equipo de varias personas, ahora de pronto es un lobo solitario que siendo padre de familia soltero -o sea, si se muere su hija se queda sola en el mundo, porque además en los primeros minutos de esta película dejan en claro que no hay más familiares a los cuales acudir- se va a hacer maromas por el mundo tentando a la muerte. Hablando de paternidad responsable. Hey, Hobbs, deberías ver lo que el personaje de Paul Walker hizo cuando tuvo su primer hijo en F&F 7: se fue a vivir una vida tranquila lejos de narcotraficantes y dementes homicidas.
Tiene a Idris Elba apuñalando gente con ladrillos. No, no es una metáfora literaria. Realmente agarra un ladrillo y apuñala a un policía con él. Así de fuerte es, alucina. Tiene a Vanessa Kirby, que tiene por lo menos veinte años menos que Jason Stratham, interpretando a su hermana compañera de juegos cuando eran niños.
En fin, esta película es una locura. Nada tiene sentido. Ni siquiera el tiempo corre como debería correr (uno de los personajes tiene horas de vida por un químico que se ha inyectado y sin embargo cada cierto tiempo hay una puesta de sol distinta; ni qué decir de lo viajes alrededor del mundo que deberían tomar más tiempo que el disponible). Por dios, ni siquiera la anatomía básica se aplica: En un momento una cadena se rompe y Hobbs le dice a todos que no se preocupen y él con sus músculos es capaz de bajarse un helicóptero, algo que la cadena de metal no pudo.
Y aun así, nada de eso me importa. Ésta es una de las mejores películas de acción que he visto en mucho tiempo. Las peleas son impecables. Los diálogos son geniales. Las persecuciones son ingeiosas: A pesar de ser la novena película en una franquicia de persecuciones de autos, H&S tiene un par de persecuciones que contienen elementos que nunca antes había visto.
No, no estoy bromeando. Si estás dispuesto a dejar pasar las inconsistencias, es una película muy emocionante. Vanessa Kirby hace acrobacias que ya quisiera Tom Cruise haber soñado antes. Y la secuencia final con un giro narrativo para que nadie pueda usar armas -lo que hace que todo sea a puñetazo limpio- es justo lo que hacía falta después de dos horas de demoliciones y disparos y explosiones.
Como estaba comentando con un amigo hace unos días, ya no hacen películas de acción como éstas, en las que tiran por la ventana toda intención de tener sentido y preocupación por ser políticamente correcto. Aquí lo único que importa es que las secuencias de acción sean impecables y que sean emocionantes.
Y lo son. El director David Leitch aplica todo lo que ha aprendido en John Wyck y en Deadpool 2. Sabe exactamente lo que hace y sabe perfectamente lo que funciona. Mientras tanto, Chris Morgan, que es el que se ha escrito la franquicia entera, ofrece exactamente la historia que los fans de F&F queríamos ver, pero que nunca harían porque había que cuidar la marca.
Si no hacen H&S 2 o sacan otro spin off con el personaje de Ryan Reynolds colaborando con el personaje de Kevin Hart (que tienen cameos que posiblemente grabaron sin guión porque son una locura) -¿Fast & Furious: Locke & Dinckley?-, estarían perdiendo dinero.
Por lo pronto, Justin Lin ya está filmando Fast & Furious 9 y la décima está anunciada para el 2021. Así que hay Toretto para rato.