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Lev Grossman, The Magician King

In .Inicio, Crítica on 23 noviembre, 2016 at 2:48 PM

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The Magician King es la segunda novela en la trilogía de Lev Grossman sobre la vida de Quentin.  La primera la comenté hace unos meses.  Como mencionaba en aquella ocasión, la propuesta de Grossman es bien arriesgada en un mundo acostumbrado a los parámetros de Harry Potter o Narnia, en donde el personaje principal es «el elegido» por alguna razón y que las circunstancias confabulan para que este personaje siempre gane en todo conflicto.

Grossman cuenta que él había comenzado a armar la novela antes de que la primera novela de Harry Potter fuese un suceso mundial.  Cuando esa franquicia se puso tan de moda, él tuvo que poner el proyecto en el congelador por varios años, porque sentía que no le convenía sacarla en ese contexto.  En ese tiempo que tuvo, replanteó el mundo en el que viviría Quentin y al personaje mismo.  El resultado a mí me parece buenísimo, pero entiendo que haya mucha gente a la que no le cuadre.

Mientras que en la primera novela teníamos a un Quentin inmaduro, inseguro, sin idea alguna de cuál es el sentido de su vida o cuál es la naturaleza de la relación que tiene con sus amigos o con la magia, en The Magician King tenemos a un Quentin casi adulto.  Sin embargo, un detalle importante de esta segunda novela -y que creo que le da muchísima profundidad a cómo entendemos al personaje Quentin-, es que en esta oportunidad hay capítulos enteros en los que no sale él.  En este espacio se cuenta cómo fue que Julia terminó aprendiendo a usar la magia.

En la primera novela, Julia es un personaje secundario.  Es la amiga de infancia de Quentin que también fue admitida para dar el examen de ingreso a la universidad de magia, Brakebills.  No obstante, ella no es admitida a la universidad misma.  Así que mientras que Quentin se va a descubrir un nuevo mundo en el que existe la magia y cosas maravillosas suceden, Julia se queda en el mismo mundo aburrido y deprimente del que viene, lo cual destruye su vida.

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La novela va en dos líneas de tiempo.  La primera son las oscuras penurias por las que tiene que pasar Julia para poderse iniciar en la magia por su cuenta, cómo va descubriendo círculos de magia hasta llegar a un grupo de personas con el que por fin congenia.  El plan que tiene este grupo para poder acceder a niveles superiores de magia y los resultados de este experimento.  La otra línea de tiempo es el siguiente desarrollo de la vida de Quentin.  Los sucesos que vienen después de la primera novela.

Ambas se complementan bastante bien, porque me parece que cumplen en criticar cómo el haber ido a la universidad divide a la población.  La actitud que tienen los educados hacia los no educados.  Pero además, que los educados no son snobs por las puras.  En la línea de tiempo principal por momentos Quentin se separa con Julia del resto de los personajes y tienen aventuras por su cuenta.  En esas partes queda claro que Quentin tiene un dominio de la magia superior al de Julia y al de todos los amigos que le quedan del periodo en el que estaba ella aprendiendo a usarla.

Hay nuevos personajes y una verdadera amenaza.  Pero fiel al espíritu de la primera novela, es algo que nunca se llega realmente a comprender y que no importa realmente.  Y mientras que la primera novela era sobre Quentin aprendiendo a disfrutar de la vida -con magia como algo cotidiano presente-, la segunda novela lo lleva al siguiente nivel.  Desarrolla la idea de que esto no es posible, si es que no aceptas lo que tienes.  Que tienes que aceptar tu punto de partida.  Que solamente reconociendo quién eres realmente (y la posición en la que estás en cada etapa de tu vida), es que puedes ser feliz.

Para cuando comienza esta segunda novela, Quentin tiene todo lo que deseaba en la primera: Vive en el mundo de fantasía Fillori (una versión adulta de Narnia), es rey en ese mundo, vive con sus amigos… Y aún así, está deprimido.  Así que en un intento por darle algo de emoción a su vida, inicia artificialmente una aventura (un «quest»).  Conforme él vaya perdiendo el control de las cosas, estará cada vez más emocionado y comprometido con la aventura, hasta un desenlace que a mí por lo menos me parece excelente para este arco.

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Ésta es una de esas novelas en las que hay muchas cosas sucediendo al mismo tiempo.  En la que se están manejando varias metáforas y varias historias que se van abriendo y cerrando.  Y si bien eso es lo más trabajado, a mí lo que más me gustaron fueron los personajes.  La representación de Quentin y su evolución es genial.  Julia también, aunque se esfuerza por caer chinche.  Eliot tiene un papel muy importante aquí y también tiene una evolución por su cuenta.  Y hay un personaje nuevo que se introduce lentamente hasta ser muy importante para el desarrollo de la trama, Poppy.  Una maga que Quentin conoce en Venecia, pero que viene de Australia.  Muy buena adición a la saga.

Daniel Martín Rodríguez, Aj Zombies

In .Inicio, Crítica on 14 noviembre, 2016 at 2:54 PM

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Hace unos días comenté por aquí lo que creo que es históricamente la primera película peruana de zombies en ser completada y exhibida, El año del apocalípsis.  Un amigo me hizo notar que hay que hacerle un reconocimiento a una producción audiovisual previa: Aj Zombies.  Y creo que es adecuado.

Estaba buscando los videos en Youtube para incrustarlos aquí, pero parece que los han retirado.  Pero a ver, tratemos de comentarlo así no más.  Tienen una cuenta de Facebook que está relativamente activa, pero parece que eso es todo por el momento.

Se trata de una serie online.  Sus capítulos eran cortos y básicamente apuntaban a mostrar cómo había un brote de epidemia zombie en Lima, pero había gente que no se daba cuenta por razones coyunturales.  Y debo decir que el planteamiento era muy astuto.  Ya lo habíamos visto sugerido en un par de secuencias de Shaun of the dead, pero no había sido desarrollado o llevado a su última consecuencia.  En cambio, en Aj Zombies, era el punto de partida para una serie de situaciones graciosas.

Cada episodio es un video de entre cinco y diez minutos en el que un personaje trata con un zombie sin darse cuenta que es un muerto viviente.  La propuesta es genial.  Quizás el que más pegó fue el de Anahí de Cárdenas haciendo de pituca (¡que es un personaje, no es ella!) hablando por celular en su carro estacionado.  Se le acerca un zombie y ella lo trata como un mendigo que viene a pedir plata.  No pareciera posible que la situación graciosa se pudiese mantener por más de un minuto, pero de alguna manera la gente de Vitamina C (¿así creo que se llama la productora?) la logra mantener por varios minutos.  Y sigue dando risa.

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Pero el que a mí personalmente me parece el más logrado, es el que tiene a Ricky Tosso.  En éste él interpreta a un mendigo desamparado borracho que en una banca se sienta a mandarle todo su rollo sobre lo que está mal con el mundo -la típica del borracho- a un zombie que está ahí sentado.  Nuevamente, es una confusión que algún otro director habría podido mantener por un minuto a lo máximo.  Pero en Aj Zombies lo mantienen por mucho más que eso y exitosamente.  O por lo menos eso me parece.

Supongo que en el fondo era una especie de proyecto experimental.  En ese sentido, han probado con distintas situaciones para ver qué funciona y qué no.  Y sobre la base de eso armar su proyecto más formal, que es la serie que se viene.

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Como decía al comienzo, Aj Zombies es original.  Es mucho más que «original para ser peruano».  Yo consumo películas y series y novelas de zombies de otros países y la propuesta de Aj Zombies, si bien es parecida a un par de otras cosas que ya podríamos haber visto -un par de secuencias iniciales de Shaun of the Dead, quizás-, nunca antes había visto que lo llevaran hasta las últimas consecuencias, como sí fue el caso con esta serie online.

Me alegró mucho saber que el tiro les había ligado y ahora están preparando una producción más grande.  Bien jugado.  Ojalá les siga ligando.

 

Hombres lobos en Miraflores

In .Inicio, Crónica on 3 noviembre, 2016 at 6:43 PM

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Este año la Feria del Libro Ricardo Palma se tuvo que adelantar para que no se cruce con un evento internacional.  Esto ha hecho que no sea una feria muy relacionada a las compras de navidad como lo ha sido en años anteriores.  Pero ni modo.  Igual sigue siendo una ocasión genial para visitar los stands de las editoriales independientes y ver qué hay de nuevo.

Para mí, por lo menos, ése es el principal atractivo de estas ocasiones.  Como durante el año estoy al tanto de lo nuevo que sacan las editoriales grandes, ahí no suelo encontrar nada que me sorprenda.  Y como suelo ir a librerías de Lima cada cierto tiempo para revisar qué hay de nuevo, tampoco me sorprenden los libros que ofrecen los stands de Íbero o de Crisol.  Menos aún los stands de las distribuidoras.

Como sea, estas ocasiones son también una excelente oportunidad para promocionar mis novelas.  Esto lo pude hacer dos veces.  Una vez, el sábado 29 de octubre, estuve en el stand de la editorial Altazor firmando libros.  No me puedo quejar, vendimos bastante.  Sobre todo de Réquiem por Lima, la primera de las dos novelas.

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Pero lo realmente divertido fue el lunes 31 de octubre.  La noche de Halloween.  Me invitaron a participar de una charla titulada Noche Gótica, en la que hablaríamos cinco autores de terror que hemos publicado con la editorial Altazor: José Donayre, Raúl Quiroz, Isabel Sabogal, Miguel Angel Vallejo y yo.

El editor general de Altazor Willy del Pozo se disfrazó de hombre lobo y de esa manera moderó una conversación con los cuatro autores.  Digo cuatro, porque Migue Angel Vallejo no pudo estar.  La sala no estuvo llena, pero con suficiente gente.  No me puedo quejar.

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Después de la charla, que duró una hora, nos fuimos todos al stand de Altazor, en el que estuvimos celebrando la ocasión y firmando libros.  Willy siguió con su disfraz de hombre lobo espantando a los que pasaban por ahí y tomándose fotos con los que se atrevían.  En general diría que todo salió bastante bien.

Es más, esa noche vendí el último ejemplar que nos quedaba disponible de Réquiem por Lima.