Mildemonios

Archive for octubre 2022|Monthly archive page

Ryan Coogler, Black Panther (2018)

In .Inicio, Crítica on 29 octubre, 2022 at 5:09 AM

(Sigo comentando las series y películas del MCU en el orden de la historia, no en el orden en el que fueron estrenadas. La última que colgué fue el comentario a Doctor Strange, que lo pueden leer en este enlace. Ahora me toca la película de Black Panther).

Cuando salió Black Panther, fue adorada de inmediato. Tiene un 96% de críticas positivas en el portal Rotten Tomatoes y un 79% en calificación del público. Comparen eso con la anterior, por ejemplo. Doctor Strange tuvo apenas 89% de críticas positivas y 86% del público. Tomen en cuenta que para mí, por lo menos, es una excelente película, cuyos problemas vienen del hecho de que introduce elementos problemáticos al MCU.

Y es que Black Panther fue diseñada para gustar de todas maneras. Aborda temas sociales, pero no mucho; presenta a una sociedad secreta viviendo en África superior a la occidental; el personaje principal es masculino, pero está rodeado de femeninos fuertes; etc. Disney metió la mano a su saco de trucos y los sacó todos.

No obstante, yo tengo un problema con esta película. Desde el comienzo del MCU, se han contado historias acerca de agrupaciones secretas, sectas de espías, sociedades escondidas, etc. Pero ésta es la primera vez que nos pretenden presentar un país entero que existe oculto del resto del mundo. Demasiado, MCU. Demasiado. Esto funciona en los cómics, en donde tienes que ceder sentido crítico, porque de lo contrario el medio mismo no funciona. Pero en las películas ya cabe comenzar a hacerte algunas preguntas.

No obstante, en las películas anteriores esto llegaba a ser plausible. Que había un laboratorio secreto en Nueva York en el que se experimentaba con super soldados. Pues, puede ser, ¿no? Con tanto sótano y movimiento que hay en esa ciudad, no sé, quizás. Que el gobierno de los Estados Unidos tiene una división de agentes super secretos que se enfrenta a las super amenazas. No lo sé, a lo mejor. Con lo inmenso y burocrático y complicado que es ese gobierno, quién sabe.

Todo eso está bien. Puede ser. Pero, ¿un país entero? Ahí ya están pidiendo demasiado. Y lo peor es que esto será una tendencia en el MCU a partir de ahora.

Una cosa era aceptar que podía existir Asgard, que estaba en un planeta lejano. Ok, puede ser. Pero otra que había una especie de anti-S.H.I.E.L.D. ruso que había estado operando todo este tiempo en paralelo y que ninguno de los superespías que hemos tenido en el MCU se había dado cuenta: Nick Fury o Peggy Carter, por ejemplo. Una cosa es aceptar que en el Tibet hay un templo con unas doscientas personas en el que enseñan a usar una energía mística secreta. Ok, puede ser. Pero otra completamente que en China hay una organización criminal con presencia a nivel mundial, pero secreta, que nunca chocó con las mafias formales que ya hemos visto: la de Kingpin en Nueva York o la de Pride en California.

Sugerir que hay un país entero secreto es demasiado. Lo que me da pena es que es innecesario para contar la historia bien. ¿Es necesario que Wakanda sea un país secreto para contar la historia que se cuenta en esta película? No realmente. Que sea secreto añade a la imagen de que Wakanda es tan adelantada y tan genial, que se da el lujo de ocultarse del resto del mundo. Porque son lo máximo. Y está bien, pueden seguir siendo lo máximo, pero sin llegar a esos extremos.

En el post anterior comentaba cómo Doctor Strange introduce la magia al MCU y que, si bien la película misma lo maneja bien, el MCU pierde mucho con esta adición. Con Black Panther pasa lo mismo. Se introduce la idea de que en el mundo ahora resulta que hay montones de sociedades y naciones y grupos y que todos son secretos unos de los otros. Caray, qué mundo tan inestable sería ese. Digamos que el primo de T’challa, que vive en Londres como espía -como la película establece que Wakanda tiene espías en todos lados- se tropieza y le echa café en la calle al bodeguero, que resulta que es un agente minuto de la serie Loki y se molesta y lo golpea, empujando así a un transeúnte, que resulta que es uno de los terroristas encubiertos de Falcon and Winter Soldier.

De pronto en este MCU hay que andar de puntitas y vivir encerrado en tu casa, porque resulta que estás rodeado de gremios misteriosos y bandas encubiertas y oficinas escondidas del gobierno. Y si todos son espías, ya nada sorprende. Con Black Panther, el MCU pierde otro poquito. Aunque, al igual que con Doctor Strange, la película en sí misma no sea mala.

La saga Réquiem: El cierre de un arco y el inicio de otro

In .Inicio, Crónica on 19 octubre, 2022 at 4:07 AM

Ya le he dado un montón a este tema, pero quizás valga la pena ahondar en el asunto. La primera novela que saqué de terror, Réquiem por Lima, tenía originalmente pensado un final abierto. Eso tenía que ver con la forma como se había contado la historia a lo largo del libro. No obstante, tuvo tan buenas ventas, que me animaron a escribirle una continuación. Eso fue Réquiem por San Borja. En esta segunda ya se cerraba todo y no había excusa para continuarla. Las dos novelas forman parte de un solo arco.

Después me pidieron que escriba más, porque se seguía vendiendo. Así que escribí una novela más ambiciosa y larga y con una estructura más armada. No obstante, cuando la íbamos a sacar, resultó que era demasiado larga, así que decidimos dividirla en dos. Eso fue Réquiem por Lurín primero y Réquiem por Tarma segundo. Como estas dos habían sido pensadas para que sean una unidad, es lógico que el resultado final sea el mismo que con las dos anteriores. Es decir, que las dos juntas cuenten una sola historia completa. En ese sentido, nuevamente tenía un arco que abarcaba dos novelas.

Ahora bien, los que han leído Réquiem por Tarma saben que hay un giro importante en el mundo de estas historias. Así que las siguientes novelas, si las hubiera, tendrían que tener una orientación distinta. Pues bien, estuve experimentando en Wattpad otra vez, en donde subí un relato ambientado en Trujillo, que pueden leer en esa plataforma, aunque no es la versión final. Ésta, junto a una más que podría o no estar escribiendo, serían el nuevo arco. O no serlo. Es un misterio.

Jason Reitman, Ghostbusters: Afterlife (2021)

In .Inicio, Crítica on 12 octubre, 2022 at 1:32 PM

La primera película de esta franquicia, Ghostbusters de 1984, fue un éxito involuntario. La idea original de Dan Aykroid era otra cosa. Él quería hacer un «buddy film» protagonizada por él y por su amigo John Belushi, con quien había tenido tanto éxito en Blues Brothers unos años antes. Lamentablemente en 1982 Belushi murió por abuso de drogas y dejó el proyecto colgando. Se tuvo que cambiar ligeramente, variando de una película sobre dos amigos haciendo algo descabellado a una comedia fantástica con protagonismo en grupo. Se introdujo entonces como guionista a Harold Ramis y como actor disparatado a Bill Murray. Éste ni siquiera quería estar ahí. Se le obligó como compromiso por el apoyo que había recibido por otras películas que él sí quería hacer. Así que actuó su personaje saliéndose de todo molde, porque total, no le importaba. El resultado es fenomenal. Su personaje de Peter Venkman es buena parte del atractivo de Ghostbusters.

La historia de cómo se hizo esta película está plagada de pequeños detalles que la hacían irrepetible. Por eso, cuando se sentaron a hacer la continuación, cumplieron con una película amena y emocionante, pero no capturaba la magia de la primera. Imposible. Desde tonterías aparentemente tan insignificantes como la música. La emblemática canción de la primera película, por Ray Parker Jr, es irrepetible. Ésta fue producto de los estudios de cine, que juntó talentos y luego los editó y lanzó para promocionar la película, pero obtuvo un éxito inesperado. No fue producto de una disquera. Para la segunda película intentó algo parecido, pero no pudo. Run DMC hizo lo que pudo, pero no pudo capturar al rayo en la botella.

La serie de dibujos animados fue un relativo éxito porque no pretendió replicar el fenómeno de la película, sino que se fue por un rumbo distinto. Nuevamente, éste fue el resultado de felices accidentes que empujaron ese proyecto en otra dirección. Por eso luego, cuando trataron de relanzar la serie varios años después (con Egon solo, pero con alumnos que lo acompañaban) no funcionó. La idea de la nueva generación de cazafantasmas no cuajaba. Tampoco funcionó cuando lanzaron la serie del fantasma Pegajoso solo. Más humorística, buscando estirar el éxito de la serie animada The Real Ghostbusters, pero fallando.

Por muchos años, décadas incluso, estuvimos esperando la siguiente película. Quizás un Ghostbusters 3, quizás el guión original de Aykroid, lo que sea. Pero nada llegaba. Eventualmente el guión original se convertiría en un juego de computadora solo apto para fanáticos de la franquicia. Y cuando se anunció una película con cazafantasmas todas mujeres, se activaron las alertas. Sobre todo cuando se supo a quiénes incluía ese proyecto. Muchos han comentado sobre esa película del 2016. Yo no sé de asuntos feministas de representación. Lo único que sé es que la historia que se cuenta ahí, independientemente del género de las protagonistas, es estúpida y sin sentido. En la mitología de las primeras dos películas todo cuadraba. Habían reglas a lo paranormal. El público las descubre junto a los mismos cazafantasmas. En la película del 2016 no hay reglas. Todo es una gran locura que seguramente algún atractivo tendrá para alguien.

Así que seguía habiendo expectativa por una buena película que continúe la tradición. Y de pronto se anunció que ni más ni menos que el hijo del director original estaba por dirigir una película que buscaría expandir el universo de los cazafantasmas. Genial. Con un guión suyo propio, que no me molestaba en lo más mínimo, considerando que este Jason Reitman había co-escrito también Up in the air, que me parece fantástica, y Thank you for smoking, que es perfecta. Con él en este nuevo proyecto estaba también Gil Kenan, que había dirigido City of Ember y Monster House, ambas decentes. Así que todo bien por ese lado.

Reitman toma varias decisiones astutas que terminan jugando a su favor. Primero, saca la acción de Nueva York. En las dos primeras películas la ciudad es casi un personaje más. Llevando la historia a un pueblo pequeño, cambia el escenario y lo hace más simple. Apunta además a la nostalgia que funcionó tan bien con Stranger Things. Segundo, hasta el final, mantiene a los cuatro personajes de las primeras dos películas como mitos. No se les ve, sino hasta los últimos minutos. Juega así con nuestras expectativas, pero además usa ese mito para darle base a los nuevos cazafantasmas. Tercero, no los desprecia. Una moda en Hollywood actualmente es querer imponer una nueva generación de héroes chancando el legado de la generación anterior.

Éste creo que es el mayor logro de Afterlife y la razón por la que haya tenido éxito, cuando la de Paul Feig fracasó rotundamente. A diferencia de Star Wars, en donde pretenden enchufarnos a Rey mostrando que es naturalmente mejor en todo que Luke y que además Luke ahora es un viejo amargado y Han es un fracasado. A diferencia de casi toda la nueva etapa del MCU, que nos muestran a She-Hulk siendo mejor en todo que Hulk, a She-Loki siendo mejor en todo que Loki, a She-Hawkeye siendo mejor en todo que Hawkeye. ¿Y por qué son mejores? Porque lo son. Acéptalo.

En Afterlife, los cuatro cazafantasmas originales siguen siendo supremos. Egon es ahora más que solo el científico extraordinario. Es también el visionario que entiende lo que está por venir. Stan ha continuado la tradición con su librería y responde el llamado de la nueva generación cuando le toca. Sigue siendo el corazón del equipo. Peter sigue siendo el ocurrente e irreverente. Para él todo esto sigue estando por debajo de su atención. Y Winston es ahora el inversionista que financia todo. Los cuatro han evolucionado a algo más, pero siguen siendo cazafantasmas. Siguen siendo la leyenda.

Ahí está el detalle. La nieta de Egon, Phoebe, es inteligente y entiende rápido lo que está pasando. Pero no es Egon. Ella se está colgando de la tecnología que le dejó su abuelo. No lo está reemplazando o lo está despreciando. Está construyendo encima de lo que le dejaron. Lo mismo pasa con su hermano mayor Trevor. Arregla el Ecto 1, pero este carro no lo armó él. Está tomando algo que dejó hecho alguien más. Es valiente y sagaz y quizás algún día sea un aventurero por su cuenta, pero no está chancando a nadie.

Esta película respeta el legado. Respeta la leyenda. No pisotea nada para meternos por la nariz a una nueva heroína que todo lo puede hacer mejor. O nos brinda un nuevo dato que se tumba todo lo que sabíamos de las películas anteriores. Está construyendo encima de lo que tenemos. Ojalá Hollywood hiciera más de esto.

Scott Derrickson, Doctor Strange (2016)

In .Inicio, Crítica on 3 octubre, 2022 at 1:42 AM

(Sigo comentando las películas y series del MCU, yendo en el orden de la historia que están contando, no en el orden en el que fueron estrenadas. El último post que colgué de esta secuencia fue el comentario a la primera temporada de Luke Cage. Después tocaría Spider-Man: Homecoming. No obstante, esa película ya la había comentado cuando se estrenó. Así que ahora me toca Doctor Strange)

Hasta esta película, el MCU se había mantenido tecnológico. Piensen en los héroes más representativos de este universo hasta ahora. Teníamos a Tony Stark, que en sus películas insistía en que la tecnología era la solución a los problemas. Esto lo lleva al extremo en Age of Ultron, que comento en este enlace. En esa película tiene la osadía de proponer un ejército de robots patrullando la Tierra como solución a la amenaza de civilizaciones extraterrestres invadiendo el planeta.

Steve Richards, aka Capitán América, tiene un origen tecnológico también. Fantástico dentro de nuestra realidad, por lo menos, pero tecnológico dentro del MCU. Un científico inventó un proceso para crear a un supersoldado. Todo lo que vemos en Captain America: First Avenger, que comento en este enlace. Por supuesto que es tecnología que no existe en la vida real, pero por lo menos tiene un corte tecnológico. No hay magia en su creación.

Incluso en la dos películas de Thor que ya habíamos visto, que comento en este enlace y en este otro enlace, explican que lo que uno está viendo no es magia, sino tecnología que los humanos no comprenden. Se especifica que hay energía y hay método, etc. No es magia. Por eso Jane puede manipular las cosas al final de la segunda película con esas varas con cables que comienza a clavar al piso. Es tecnología, no es magia.

En algunos capítulos de las temporadas que ya habían salido en ese entonces de Agents of S.H.I.E.L.D., que comento en este enlace, en este otro enlace y en este otro, se hace la misma aclaración. Hay cosas que parecen magia a los humanos, pero que son tecnología que no comprendemos. En esos capítulos típicamente los tecnológicos del grupo, Fitz y Simmons, encuentran la manera de controlar esa tecnología. Pero nunca termina siendo magia.

Con Doctor Strange se rompe esto. De pronto, sí hay magia. Hay hechizos y maldiciones y magos y brujos. Más allá de que la película funciona y está muy bien actuada y todo lo que quieran, creo que el MCU pierde mucho con esto. Con Doctor Strange están rompiendo sus propias reglas. Y entiendo que están innovando, como cuando introdujeron ciencia ficción de aventura y humor con Guardians of the Galaxy, que comento en este enlace. Pero no me gusta la dirección que toma.

En ese sentido, no creo que esté mal que estén probando nuevos territorios, nuevos temas. Ése no es el problema. El problema es que, al intentar contar una historia mágica, están perjudicando todo lo que ya sabemos del MCU. Ahora bien, me dirán que no hay otra forma de contar una historia de Doctor Strange sin que ésta sea mágica. A eso yo respondo: ¿Por qué una película sobre el hechicero supremo Stephen Strange? No es uno de los personajes más populares. Hay otros que serían mucho mejor recibidos.

Es más, en el MCU se han probado cosas y han funcionado (como con Guardians, que influyó en las siguientes de Thor), pero también se han probado cosas que no pegaron. Por ejemplo, el enfoque oscuro y trágico de The Incredible Hulk, que comento en este enlace y que no se volvió a aplicar en las películas de Marvel, aunque sí en las series. Lamentablemente en el caso de la magia de Doctor Strange, este elemento se aplicó y se quedó. Y a mí eso no me gusta. En un rato les explico por qué.

Apenas un año después ya se estaba aplicando a las series del MCU en Netflix. Iron Fist y The Defenders tienen magia. Incluso la siguiente temporada de Agents of Shield ya tiene magia de pronto, con Ghost Rider y otros personajes inexplicables. Thor: Ragnarok y Thor: Love and Thunder tienen magia en la forma de dioses usando poderes sobrenaturales. Nuevas series como The Runaways, What If y Loki tienen personajes mágicos. WandaVision y Moon Knight son pura magia. Shang-Chi and the Legend of the Ten Rings también. Es decir, Doctor Strange abrió la puerta.

Específicamente en Doctor Strange no se revive muertos, pero en varios de los que he mencionado sí. Desde Defenders con Elektra hasta WandaVision con Vision. Y en las palabras de un youtuber que ya no recuerdo, cuando revives a Superman, matas a la muerte. Ya no tiene relevancia si un personaje muere o no, porque sabes que existen los medios para revivirlo. Sí, claro que se pagará un terrible precio, como siempre se advierte. Pero es posible. Y cuando la muerte es irrelevante, las aventuras del héroe ya no son emocionantes, porque ya no importa si sobrevive o muere. Igual lo podrán regresar luego.

Eso comienza en el MCU con Doctor Strange. Como película independiente de todo lo demás, sí, en fin, pasa. Está bien hecha, bien actuada. Los efectos son novedosos. Bla, bla, bla. Todo a lo que Marvel nos tiene acostumbrados. Pero dentro de la evolución del MCU, esta película hizo mucho daño.