Juraría que ya había comentado esta novela alguna vez, pero parece que por aquí no lo hice, porque no encuentro post alguno al respecto. En todo caso, primero déjenme comentar el contexto en el que leí este libro. Yo soy un fan del género de zombies, pero no soy un seguidor muy intenso de la serie Walking Dead. Alguna vez compré los comics, antes de que se volviera un fenómeno, hasta aproximádamente la huida de Rick de Woodbury, en cuyo punto consideré que el comic se volvió muy repetitivo y aburrido. Insisto en que esto fue antes de que la serie se volviese un fenómeno.
Cuando me enteré que además de los comics y la seria, había novelas que complementaban la historia, no me sentí particularmente interesado. No obstante, en algún momento tuve uno de esos vales para consumo en Crisol y tuve que canjearlo por lo que más me atraía en ese momento y tenía fecha límite, así que en un momento de debilidad, decidí llevarme a mi casa esta novela con otras dos compras de las que no estoy particularmente orgulloso. Lo comencé a leer más por curiosidad científica que otra cosa.
Habiendo dicho eso, debo decir que la novela no es mala. Pero tampoco es sobresaliente. Tiene un par de detalles en los últimos capítulos que la levantan un montón. No obstante, para llegar hasta ahí y entender por qué se dan esas revelaciones tienes que haberte tragado un libro que no es muy delgado que digamos.
La historia sigue a un grupo de sobrevivientes que dependen de un líder de personalidad muy fuerte y es el que los mantiene unidos y el que toma las decisiones difíciles. Los seguidores de la serie lo reconocerán de inmediato. Entre los que lo acompañan están su hermano, que es un cobarde y un inútil, y su hija, que es la representación de todo lo inocente que queda en este mundo infestado de zombies. El objetivo principal de este líder es básicamente asegurarle seguridad a su hija. No le temblará la mano a la hora de sacrificar a alguien más con tal de que la hija en cuestión sobreviva.
La dinámica del grupo de sobrevivientes -que como suele ser el caso en estas historias, va variando conforme algunos son infectados y otros sobrevivientes se unen- es interesante. Pero no es nada nuevo. Los personajes también están bien pintados, pero nuevamente no es nada novedoso. Quizás en lo que sí sobresale este libro en particular es en la acción.
Lo que hacen los personajes, nuevamente, no es muy original que digamos, pero sí la manera cómo se narra. Cuando uno mata a un zombie de un martillazo en la cabeza, los autores no solamente cuentan qué es lo que pasa, sino que suelen dar una descripción única de cada muerto viviente. De esta manera queda claro que estos no son solamente monstruos dando vueltas, sino que cada uno fue alguna vez un ser humano con vida y con aspiraciones y con trabajo y con familia. El efecto es más dramático, porque Philip ya no solamente está matando a un cadáver reanimado, sino que está matando a algo que alguna vez fue alguien.
Esto en particular me llevó a terminar de leer el libro. Y fue algo bueno, porque, como ya dije, el final tiene un par de giros argumentales que elevan a la novela a otro nivel completamente. Road to Woodbury es un libro muy recomendable para fans de la serie o del comic. Pero además, es un buen libro en general para amantes del género de los zombies. No obstante, si no caes en ninguna de estas categorías, mejor ni te molestes. Búscate otra cosa.