(Voy a seguir comentando las películas y series del MCU en orden. La última que comenté fue Guardians of the Galaxy. Lo pueden leer en este enlace. Ahora me toca la secuela)
La primera película, Guardians of the galaxy fue fresca, muy valiente y novedosa. Nadie le quita eso. Tiene personajes que en vez de ser superhéroes típicos de Marvel, son anti héroes más similares a la tradición de otras líneas de cómics. Sin embargo, de alguna manera James Gunn lo hizo funcionar. Nos presentó a esta tripulación de seres peculiares que empiezan siendo criminales y asesinos y ladrones y terminan siendo héroes. Genial. Todo bien.
El problema viene luego. Lo lógico sería seguir desarrollando a los personajes. Piensen, por ejemplo, en Iron Man. Tony Stark comienza siendo un megamaniaco ególatra engreído que solo se preocupa en hacer dinero y en su imagen y en pasarla bien y termina siendo un héroe que se sacrifica por otros. Para la segunda, podrían haber presionado reset y regresar a Stark a ser el mismo ególatra que al comienzo de Iron Man, pero no. Mantienen el desarrollo de la primera película y lo enfrentan a una nueva amenaza. Lo ponen frente a una víctima de las malas prácticas de él y de su padre y frente a un rival industrial. Elevan lo que vimos en la primera película al siguiente nivel lógico: Ahora ya no tiene que enfrentarse a amenazas dentro de su empresa, sino a amenazas de la industria y del gobierno que lo quiere controlar. Buen camino.
Esto lamentablemente no sucede con Guardians of the galaxy vol. 2. En Guardians 1 acabamos con cinco personajes que se supone que han cambiado. Que han visto las consecuencias de la vida que estaban llevando y que deciden cambiar. Por eso el nombre del grupo: Guardianes de la galaxia. Ahora se van a dedicar a salvar al universo. Lamentablemente en Guardians 2 mucho de esto se va por el caño y presionan reset. Justo lo que no debían hacer. Lo que hizo al origen del MCU tan memorable, con las películas de Iron Man.
Al inicio de Guardians 2 tenemos a los guardianes trabajando de común y corrientes mercenarios. Para un grupo que fue identificado como salvador de un planeta entero, éste no parece un trabajo muy digno que digamos. Además, están fuera de Nova, el planeta que salvaron. ¿No deberían de haberse quedado por ahí? Las cosas no cuadran. Si son realmente los egoístas aprovechadores que resulta que nunca dejaron de ser, ¿no deberían de haberse quedado en el planeta que los adora? Se podrían haber quedado en Nova y no volver a tener que trabajar nunca más en su vida. Es un planeta progresista, con inclusión social. Los cinco podrían haberse integrado a esa sociedad tranquilamente.
Pero la secuela tiene que suceder, así que resulta que no, que ellos se fueron a buscar fortuna a otros rincones del espacio. Son ese tipo de héroes, entonces. Como David Carradine en kung fu, que viaja de pueblo en pueblo solucionando los problemas de las personas. No, tampoco, porque son mercenarios. Y ni siquiera son mercenarios como los Magníficos (A-team), que solo toman casos de injusticia social o de maltrato a minorías. No, tampoco. Son unos cochinos mercenarios que harían cualquier cosa por dinero, aparentemente. Incluso robar, como lo demuestran en los primeros diez minutos de la película.
Hay otros detalles en Guardians 2 que, si bien no son inconsistentes dentro de la lógica interna de la película, me parece que arruinan un poco su sentido.
Primero, que al final de la primera película se revela que Quill aka Star-lord no es completamente humano y que su padre debe de haber sido algo celestial. Poco menos que un dios. Eso es algo grande. Es una revelación inmensa. Cada uno de ustedes imagínese qué haría si se entera que es mitad dios y que tiene habilidades superiores a las de la gente normal. ¿No alteraría eso su forma de vida? ¿No te impulsaría a salir corriendo a averiguar de qué se trata, cuáles son los límites de esos poderes? Nah. No Quill. Él sigue con su vida como siempre. Y después, durante la segunda película casualmente se cruzará con quien le explicará de qué se trata este asunto.
Segundo, la flecha voladora de Yondu. Por momentos es casi divina. Puede hacer lo que sea. Y justo cuando más la necesita, no sirve para nada. Como recurso narrativo es demasiado sospechoso. En una película como ésta, es necesario que quede claro cuáles son los límites de cada uno de estos elementos. O si no, resulta que es una comedia surrealista sin pies ni cabeza. Que podría ser, no me molestaría que sea algo como Howard the Duck de los años ochenta, que realmente es un disparate y no se molesta al respecto. Pero Guardians 2 pretende ser seria. Al final tiene sus secuencias dramáticas, con música profunda y todo el asunto. No puedes tener las dos cosas. O mejor dicho, quizás un mejor director habría podido. Gunn no llega a lograrlo.
Tercero, la reparación de la nave con aerosol. Qué estupidez. No, en serio. Hay un atractivo interesante en que Rocket sea un genio de la mecánica. En Guardians 1 construye un arma en plena batalla final con partes que tiene a su alrededor. Por supuesto que es fantástico, pero es una imagen poderosa. O cuando escapan de la prisión, porque construye los medios para volar fuera con cosas que los demás pudieron conseguir dentro de las celdas. Sin embargo, en Guardians 2 te sorprenden con un aerosol que lo echas encima a las partes afectadas de la nave y se reparan solas. Qué aburrido. Qué forma de arruinar la imagen que has creado para un personaje. Si tienes ese aerosol, ¿para qué necesitas a un genio de la mecánica? Incluso peor: ¿Cómo se va a distinguir de los demás, si lo único que hace es entrar a batalla con cohetes en la espalda y un arma grande? Igual que Quill, en cierta manera.
Qué desperdicio. Después de la viada que tenían con Guardians 1, pudieron haber hecho algo mucho mejor. Llevar a estos personajes al siguiente nivel.