Cementerio General: Chévere, pero tres cositas

Creanme que realmente quería que me gustara.  Después del éxito de Asu mare (lo fue, supéralo) y después del cumplidor pase de El limpiador por las salas de cine peruanas, había expectativa con respecto a Cementerio general, la película de terror peruana grabada en Iquitos.  Todo hacía suponer que tenía buenas posibilidades de continuar la racha.  El trailer se veía bastante bueno, el poster también.  El plantemiento prometía.

Mi primer preocupación alrededor de esta película tiene que ver con la fecha que escogieron para su estreno: 25 de julio.  O sea, decidieron enmarcarla dentro de la campaña de fiestas pátrias. ¿Es eso astuto? Digo, porque ahora va a tener que competir con estrenos de blockbusters que vienen de Estados Unidos con fuerte promoción.  Desde El llanero solitario (que ya se estrenó hace una semana y ya se posicionó en la cartelera) hasta Wolverine (que entra a las salas al mismo tiempo que Cementerio general).  Y eso que una de las lecciones que nos ha dejado el éxito de Asu mare es que la fecha del lanzamiento es crucial.  Asu mare no compitió con nadie por dos semanas, cuando recién entró Iron Man 3.  Dos semanas después, cuando el éxito de la película ya estaba consagrado y ya era noticia.  No sé, a lo mejor le liga a Cementerio general con el apoyo de la distribuidora UIP (por lo pronto ya tenemos noticias de colas para entrar a verla, así que quizás me preocupo por las puras).  Pero las probabilidades ya comienzan jugando en su contra.

Con respecto al contenido mismo de la película, tengo que decir que el inicio es genial.  Toda la primera parte hasta que llegan al cementerio a hacer la ouija está bastante bien.  Los diálogos son fluídos, se introduce lentamente el elemento sobrenatural (de tal manera que cuando comienzan los sucesos fantásticos, uno está preparado), hay una buena combinación de humor y drama, etc.  Me hizo acordar a Sam Raimi cuando hace cine de terror.

Las actuaciones no son de lo mejor en todos los casos, pero es lo suficientemente bueno como para que no rompa el hechizo.  Particularmente eficaz me pareció el que hace del bacán del grupo (lo siento, me dicen que es conocido de telenovelas, pero no tengo idea de quién es).  Me pareció buen actor.  Aunque quizás me pareció excelente, porque sale por momentos junto a Leslie Shaw que, caray, cualquiera diría que por ser la profesional aquí aportaría más de lo que aporta.

Pero en fin.  La primera parte está bastante bien.  Lamentablemente cuando llegan al cementerio, la película cambia completamente.  El director Dorián Fernández en la conferencia de prensa de hace una semana dijo que ese cambio es intencional, pero lo que han querido hacer luego es algo extraño y no me parece que llegue a cuajar.  Ojo, no digo que esté mal hecho o qué sé yo.  Es solamente que si has visto tantas películas de terror como es mi caso, uno reacciona si no se cumplen ciertas convenciones.

Primero, las secuencias en las que los personajes recorren el cementerio son insufriblemente largas.  Tanto la inicial como las que vienen después de la ouija, cuando uno de los personaje se pierde.  Ok, entiendo que quieren exhibir el chévere cementerio que tienen en Iquitos a su disposición, pero es demasiado, creo.  Todo el suspenso que han estado armando durante la primera parte de la película se pierde.

Segundo, ¿Satanás es el que posee a la niña? ¿O sea, el mismísimo diablo? ¿El ser más maligno del universo no tiene nada mejor que hacer que tirarse quince minutos de su tiempo en ingresar directamente él mismo al cuerpo de una niña de doce años para jugar con unos chiquillos? Pucha, no sé.  Suena un poco excesivo, ¿no? En El exorcista, cuando Linda Blair grita que tiene a Lucifer dentro, los dos curas de inmediato reaccionan y se dan cuenta que no puede ser y que hay algo extraño.  En el género de terror a Satanás lo exhibes con mucho cuidado.  Ni siquiera en La profecía.

Tercero, en cuanto queda establecido qué es lo que está pasando y los chicos regresan del cementerio, no se explicita si tienen esperanza de salvarse.  En las películas de terror ése es un detalle muy importante, aun si al final todos van a morir (en eso precisamente Sam Raimi es un maestro).  Incluso las películas de la serie Final destination desarrollan una supuesta forma de salvarse, aunque suele ser falsa y todos terminan muriendo.  En Cementerio general pareciera que la suerte está echada y eso hace que se pierda el interés en lo que pasará con estos muchachos.

Como decía al comienzo, a lo mejor les liga a pesar de esto y la película es un éxito.  Ojalá.  Después de todo, ha sido hecha por evidentes fans del género de terror.  Además, es necesario que en el Perú se siga desarrollando el cine de género.  A ver si así diversificamos un poquito y dejamos de hacer siempre la misma película una y otra vez.

(Foto: http://alyfell.blogspot.com/)