Mildemonios

Andrés Vanderghem, Merengue Dominicial

In .Inicio, Crítica on 17 febrero, 2012 at 5:06 PM

Merengue dominical no es precisamente el tipo de novela que me gusta: costumbrista, centrada en mostrar cómo es el estilo de vida de un tipo de ciudadano, centrada en mostrar cómo sufre la gente, hiper-realista, etc.  No obstante, cuando algo está bien escrito, ni modo, está bien escrito.

Vayamos por partes.  Merengue dominical narra las correrías de un estudiante de medicina a punto de graduarse, alternando casi matemáticamente entre sus turnos en hospitales públicos -que se aprovecha para mostrar la realidad de esos lugares hace cuarenta años-, las reuniones con sus compañeros de estudios -tres personajes con los que discute los casos que se ven a través de otros ojos en las partes narradas en los hospitales- y las visitas del personaje principal a su abuelo en Chosica todos los domingos, con quien comenta sus casos y su vida desde una perspectiva completamente distinta.  La combinación de los tres ángulos brinda un resultado bastante interesante.

De hecho, al comienzo tuve problemas para insertarme a la dinámica de la novela, pero luego de un par de capítulos queda clara cuál es la intención del autor al saltar de un ambiente a otro.  Sin embargo, hay otro detalle que me dificultó el inicio de la lectura.  Tiene que ver con la posición honorable y principiosa de Coco Arraya, el personaje principal.  Por el ambiente en el que se mueve -algo que es descrito dentro de la realidad misma de la obra, más allá de lo que podamos conocer del sector salud en este país-, parece improbable que un estudiante de medicina haya llegado a su último año con sus principios tan poco retados.  No digo que sea imposible, pero suena extraño que recién a esas alturas se esté haciendo esos cuestionamientos o esté liderando esos actos de rebeldía.  Como digo, no es imposible y quizás el inicio del libro pudo haberle dedicado algo más de espacio a la presentación del personaje, de tal manera que este detalle no genere tal conflicto narrativo dentro de la historia.

Otro elemento similar que me parece que habría podido requerir un poco más de espacio es la introducción de la idea del escorzo.  Como resultado de esta interacción de Arraya con su abuelo y su anciana amiga artista, lo cual contrasta con lo que él ve y vive en sus turnos, desarrolla una idea acerca de cómo un médico debe visualizar a su paciente, algo que él llama escorzo, término artístico técnico que se refiere a una manera como se presenta la perspectiva.  La idea me parece bastante buena, pero es presentada demasiado brevemente y de manera poco gradual en consideración a lo importante que será luego y lo mucho que se usará para explicar distintos pasajes.  Quizás habría sido útil que este elemento, que de hecho me suena bastante original, hubiera sido introducido más lentamente y más gradualmente, de tal manera que luego, cuando es mencionado con frecuencia luego.

Un último detalle que no me terminó de gustar fue el título.  El merengue dominical al que hace referencia es un elemento que apenas aparece una vez durante la novela y no me parece que sea tan relevante.  Entiendo que se busque hacer referencia al ciclo semanal que conforma la vida del personaje principal, el cual incluye siempre una visita dominical a su abuelo.  No obstante, puede ser algo engañoso y no termina de transmitir de lo que realmente es la obra.

Por lo demás, los casos presentados en Merengue dominical son bastante variados y me imagino que para un estudiante de medicina o un joven pensando en estudiar esa carrera puede ser bastante útil.  Sobre todo las partes en las que se reflexiona sobre distintos aspectos de la vida de un próximo doctor.  Por ejemplo, la incomodidad de los estudiantes cuando visitan el manicomio, muy astutamente contrastado con la aparición de una de las loquitas luego en un ambiente totalmente ajeno a su vida de doctor.  O si no, la tentación de la eutanasia y sus consecuencias.

Excelente trabajo si además consideramos que es el primer libro de este autor, que esperemos que ya esté trabajando en una segunda entrega.  No necesariamente con los mismos personajes, aunque sería chévere saber qué fue de ellos.

  1. hola, soy el autor y te agradezco el comentario tan extenso sobre mi novela.
    Curiosamente al editor le gustó mucho el título.
    Te puedo decir que un estudiante de medicina «se enfrenta al toro» recién durante el internado, o sea que el buen Coco había estudiado mucho pero en la última etapa de sus estudios toma conciencia de lo que es ser PROTAGONISTA del acto médico.
    Por si acaso no es en Chosica sino en Cieneguilla donde él realiza sus visitas hebdomadarias. Te lo digo porque hace una gran diferencia geográfica.
    Nuevamente gracias por darte el tiempo para hacer un comentario extenso, y sí, estoy en la etapa de corrección de mi segunda novela, «La caja en la duna», y efectivamente, no tiene relación alguna con la primera. Los avatares de llegar a publicar todavía están por vivirse…espero que la segunda vez sea más fácil que la primera.
    Un saludo cordial, Andrés Vanderghem

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